Muchas familias esperaban ansiosamente la apertura de esta planta de oxígeno, que se encuentra en el distrito de San Juan de Lurigancho, una esperanza alentadora para mantener con vida a sus seres queridos, pero lamentablemente se han visto sorprendido al encontrar revendedores de lugares en la cola para conseguir este importante elemento, requerido para ayudar a los pacientes con la COVID-19.
Según denuncian, estas personas estarían aprovechando para revender lugares en la cola para que estos beneficiados puedan realizar más rápido sus recargas gratuitas de balones.
“Uno se queda a hacer su cola, pero acá también se sufre, demora mucho la recarga. Solo 40 o 50 personas avanzan, hay que hacer cola tras cola. Mientras, hay compañeros que se mueren en el camino por la falta de oxígeno”, indicó uno de los asistentes.
“Vine el jueves para poder ser uno de los primeros en llenar el tanque; sin embargo, el mismo viernes se acercaban algunas personas ofreciéndonos estar más cerca del ingreso para poder tener el oxigeno más rápido”, agregó Joel Reyes.
SJL: Reportan largas colas para conseguir oxígeno gratuito en planta de Sisol
Por este motivo, se han organizado entre familiares que pernoctan en el lugar para identificar a quienes solo asisten para aprovecharse y lucrar con la situación.
“Acá hemos hecho una lista con número de balón y el nombre del paciente, para que luego no estén apareciendo quienes quieren meterse. Ya hemos botado a algunos revendedores que se han metido, no lo vamos a permitir. ¡No es justo!”, sentenció Susan Castello, una mujer que asiste desde Puente Piedra para conseguir el recurso y atender a su pariente.
Las colas son vendidas hasta en S/ 250, mientras los balones de oxígeno recargados gratuitamente los ofrecen entre S/ 800 y S/ 1600. Otro problema detectado ha sido el robo de los balones. De acuerdo a los testigos, las autoridades no hacen nada.
“Yo fui a traer a la policía, vino un ratito, la sacó (a una revendedora) y se fue. Pero regresaron con otra chica más y se metieron nuevamente. Solo se puso a conversar con la señora y nada más. El otro día hemos pedido que haya control, pero la policía y el serenazgo dijeron que eso ya es problema de nosotros y no es así”, comentaron.
Mientras esto sucede, algunas familias se van enterando de la pérdida de sus seres queridos y se marchan frustrados del lugar.
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