Un menor de 12 años fanático de la ciencia que tuvo que ser sometido a una cirugía de 6 horas para salvarse la vida después de tragar 54 magnetos como parte de un “experimento”, según precisó su madre.
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Rhiley Morrison, de la ciudad de Manchester, Inglaterra, ingirió las diminutas bolas magnéticas para ver si los objetos metálicos se pegaban a su estómago y para ver cómo lucirían cuando las “evacuara”, reportó el diario británico Daily Mail.
Cuatro días después en el que no encontró ni rastro de ellas al ir al baño, dio aviso a su progenitora Paige Ward (30) y lo llevó al hospital para que sea intervenido quirúrgicamente de emergencia.
Ward precisó que quedó “sin palabras” cuando los doctores le dijeron que había removido 54 magnetos, el doble de lo que esperaban después de examinar las radiografías que le sacaron al niño previo a la operación.
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