Luego de realizar los quehaceres fuera de casa, al regresar la obligatoria desinfección de manos, ropa, accesorios y hasta zapatos, y el respectivo duchazo son parte del ritual obligado en tiempos de COVID-19. Los alimentos comprados y otros productos también deben pasar por ese proceso. Limpiar las superficies constantemente es otra de las reglas de prevención. Sin embargo, una reciente publicación de la revista médica “The Lancet” señala que esas costumbres no reducen la posibilidad de contagios ya que la transmisión del coronavirus es por vía aérea a través de los aerosoles.
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Pese a que la Organización Mundial de Salud (OMS) insiste en que el virus se propaga por las “gotitas respiratorias entre personas que están en estrecho contacto”, seis expertos del Reino Unido, Estados Unidos y Canadá sostienen que las personas se infectan por los aerosoles, que son las pequeñas partículas que se mantienen en el aire durante un buen tiempo.
“Si un virus infeccioso se transmite principalmente por el aire, una persona podría potencialmente infectarse cuando inhala los aerosoles que se producen cuando una persona infectada exhala, habla, grita, canta, estornuda o tose”, explica el artículo de “The Lancet”.
Con esta teoría, las gotas respiratorias a las que hace mención la OMS y que caen rápidamente no tendrían una gran incidencia en esta enfermedad, por lo que limpiar constantemente las distintas superficies no tiene mucho sentido ya que las posibilidades de contagiarse por esta vía son mínimas.
“Reducir la transmisión del virus por el aire requiere medidas para evitar la inhalación de aerosoles infecciosos, incluida la ventilación, la filtración de aire”, señalan los expertos.
Un punto a tener muy en cuenta es que las posibilidades de infectarse en exteriores (parques, calles o amplios locales al aire libre) son abismalmente menores que en interiores, donde las probabilidades son 20 veces mayores. El coronavirus se transmite con facilidad en espacios cerrados (supermercados, restaurantes, peluquerías, cines, etc.).
Aunque los estudios no son concluyentes, debido a que técnicamente todavía no ha sido posible medirlo, los especialistas indican que el virus en su estado infeccioso podría flotar en el aire hasta tres horas en lugares cerrados y trasladarse más de 2 metros.
“Es un error científico utilizar la falta de evidencia directa de SARS-CoV-2 en algunas muestras de aire para poner en duda la transmisión aérea mientras se mira por encima la calidad y solidez de la base de evidencia general”, afirman los investigadores.
Podrían existir otras vías de contagio; sin embargo, tras más de un año de pandemia y muchos estudios, hay pruebas suficientes para considerar que la transmisión aérea es la principal ruta infecciosa.
Para reducir el riesgo de transmisión, este estudio recomienda continuar con las anteriores prácticas en lugares públicos como evitar las aglomeraciones, mantener el distanciamiento social, no permanecer mucho tiempo en interiores y, sobre todo, tener ventilados los lugares cerrados.
En ese sentido, el Colegio Médico del Perú exigió al Gobierno que fiscalice los aforos permitidos en los comercios. El decano de la institución médica, Miguel Palacios, señaló que el 80? los contagios se da precisamente en esos lugares.
El transporte público, sin dudas, se convierte en uno de los focos más peligrosos si no se mantienen bien abiertas las ventanas y no se respeta el aforo máximo permitido. Es clave que los espacios tengan buena circulación de aire, solo así sería posible eliminar el virus.
La Autoridad de Transporte Urbano (ATU) informó que tiene detectados cerca de 1.500 paraderos que representan un alto nivel de contagio. Los puntos más críticos se encuentran en los distritos de San Juan de Miraflores, San Juan de Lurigancho, Lince y Callao.
Otros lugares peligrosos son los edificios, ya que la mayoría no cuenta con los estándares de ventilación para el control de infecciones.
La protección más importante está en la mascarilla que se usa. Es necesario recurrir a una que tenga certificación y se ajuste bien al rosto, sin dejar huecos, para evitar filtraciones.
“El uso de doble mascarilla o respiradores KN95, o similares, deben ser la primera prevención que deberíamos implementar para protegernos. Que sea por norma, de manera fiscalizada”, nos recomienda el médico epidemiólogo Antonio Quispe.
El Minsa también hizo un llamado a la población para tener en cuenta esta recomendación. “Usar una mascarilla quirúrgica simple ya no es recomendable porque deja muchos huecos a los lados, tiene una pobre sujeción a las orejas y solo protege en un 32%. Y no solo basta tener una mascarilla encima del rostro, sino tener una con tres características: cobertura desde la nariz hasta debajo de la barbilla, capacidad para impedir el paso de micropartículas y buen ajuste a fin de que esté bien pegada al rostro", aclaró el investigador del Instituto Nacional de Salud (INS), Manuel Chávez Ruiz.
Como buen complemento está el protector facial, que a partir de este lunes es de uso obligatorio en los casos explicados a través del Decreto Supremo 076-2021-PCM. “En todos los casos es obligatorio el uso de mascarilla para circular por las vías de uso público y el uso de protector facial para el ingreso a establecimientos con riesgo de aglomeración, tales como: centros comerciales, mercados, supermercados, conglomerados y tiendas por departamento", señala la norma.
Otro hábito que es necesario implementar en los lugares públicos es la cultura del silencio. Debido a que los aerosoles se producen al hablar, gritar, cantar, estornudar o toser es necesario que las personas eviten en llamar por teléfono o conversar sobre todo en lugares públicos cerrados.
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En nuestras manos -que constantemente deben ser desinfectadas con agua y jabón para evitar todo tipo de enfermedades- está la posibilidad de reducir los riesgos de contagio del COVID-19, un virus invisible que nos ataca por aire.