En un hangar en desuso a unos 10 kilómetros de Dijon, 400 personas fueron intervenidas en la noche del sábado 1 de mayo por asistir a una macrofiesta clandestina en la región francesa.
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El prefecto de Dijon, Fabien Sudry criticó a los asistentes y los condenó calificándo la celebración como un "evento totalmente irresponsable en el marco de la situación sanitaria del país".
La macrofiesta se realizó un día después de un 'rave' -una multitudinadia fiesta clandestina- llevado a cabo en la región de Bretaña, al noreste de Francia, donde 500 personas fueron intervenidas por las fuerzas de seguridad del país europeo.
Otro intento de estas reuniones sociales se quiso llevar a cabo en Paris, en un barrio de la ciudad; sin embargo, las autoridades detuvieron a tres personas en el lugar.