Este último domingo más de 300 personas fueron intervenidas durante una fiesta clandestina que se realizaba en un local campestre en el distrito de Olmos en Lambayeque.
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Hombres y mujeres bailaban y bebían licor hasta la madrugada pese a las restricciones del Gobierno por la pandemia de la COVID-19.
Las cajas de cerveza eran incontables. En el lugar había un estrado con música a alto volumen. Hasta que la Policía llegó para poner fin a la diversión, mientras que muchos se resistían a dar por terminada la celebración.
Por otro lado, en Áncash se realizó una fiesta patronal con fuegos artificiales en un caserío ubicado a aproximadamente 10 kilómetros de la ciudad de Huaraz. Adultos mayores y niños asistieron al evento.
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Asimismo, un grupo de servidores del municipio de Áncash fueron sorprendidos en un evento por el Día del Trabajador.
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