Muerte y pobreza: Las cifras que dejó el terrorismo de Sendero Luminoso

El pasado 21 de agosto se recordó el Día Internacional de Conmemoración y Homenaje a las víctimas del terrorismo. Esta fecha fue reconocida en el 2017 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con el objetivo de "honrar y brindar apoyo a las víctimas sobrevivientes" de los actos subversivos en el mundo. 

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Hablar de terrorismo, es remontarnos a la nefasta historia del Perú, donde existió muertes, desapariciones y secuelas que se cuentan por decenas de miles.

Los informes de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR) o datos recogidos por el lugar de la memoria (LUM) dan cuenta de los daños irreparables que dejaron los grupos terroristas.

Según la CVR, el conflicto armado interno en su conjunto, entre 1980 y el 2000, dejó un saldo aproximado de 69,300 víctimas fatales, siendo unos 55 mil 440 varones y 13 mil 860 mujeres. La CVR también identificó que 891 asesinados eran niños y que Sendero Luminoso fue autor en el 49.72% de esos casos.

Anexos del informe de la comisión concluyen también que el 46% todos los crímenes fue provocado por el grupo terrorista que liderara Abimael Guzmán Reinoso. Es decir, SL fue responsable de cerca de 32 mil muertes. En otras cantidades, se atribuyen crímenes a agentes del Estado y a otros actores, incluido el también grupo terrorista Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), que encabezó Víctor Polay Campos.

Más de la mitad de asesinatos provocados por Sendero Luminoso tuvieron lugar en Ayacucho. Luego se trasladaron a Junín. Huánuco, Huancavelica, Apurímac, Puno, San Martín, Cusco, Ucayali, Lima y Callao. 

Entre las más de 200 masacres que realizó Sendero Luminoso está la de Lucanamarca (Huancasancos, Ayacucho), del 3 de abril de 1983. Aquel día, el grupo terrorista asesinó a 69 comuneros, incluyendo menores y ancianos. Para el atentado, cerca de 60 subversivos senderistas se dirigieron a la zona, portando armas de fuego, hachas, machetes y cuchillos. 

El 16 de julio de 1992, Sendero atacó también la calle Tarata, en el distrito de Miraflores, en Lima. El atentado es el más recordado en la capital peruana y cobró la vida de 25 personas. El grupo terrorista había hecho estallar dos coches-bomba en la zona. Más de 130 personas resultaron heridas. Los daños materiales dejaron a más de 300 familias damnificadas.

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De acuerdo con datos del informe final de la Comisión de la Verdad y Reconciliación (CVR), solo entre 1980 y 1988, la Comisión Especial del Senado de la República contabilizó un costo económico aproximado, equivalente a US$ 9′184,584.648 para el Estado. Al contexto y al valor actuales, dicha suma iguala el costo para el equipamiento de más de 181 mil camas UCI.